Los satélites se pueden clasificar de diferentes formas, según sus características y finalidades. Las principales categorías de clasificación de satélites se presentan a continuación.
1) Según su órbita:
Los satélites pueden orbitar la Tierra en diferentes tipos de órbita. Algunos de los tipos de órbita más comunes son:
– Órbita Terrestre Baja (LEO): se encuentra a una altitud de hasta 2.000 km sobre la Tierra y se utiliza para la observación de la Tierra y los satélites de comunicaciones.
– Órbita Terrestre Media (MEXO): se encuentra a una altitud entre 2.000 y 36.000 km sobre la Tierra y se utiliza para la navegación por satélites como el GPS.
– Órbita geoestacionaria (GEO): se encuentra a una altitud de 36.000 km sobre la Tierra y se utiliza para satélites de comunicaciones y meteorológicos.
– Órbita de Transferencia Geoestacionaria (GTO): se utiliza para satélites que necesitan ser transferidos desde la órbita terrestre baja a la órbita geoestacionaria.
2) Según su función:
Los satélites también se pueden clasificar según su función. Algunos de los tipos de satélites más comunes son:
– Satélites de observación de la Tierra: se utilizan para recopilar información sobre la Tierra, como observar la superficie terrestre, detectar cambios en el clima y medir la temperatura.
– Satélites de comunicaciones: se utilizan para prestar servicios de comunicaciones, como televisión, teléfono y acceso a internet.
– Satélites de navegación: utilizados para proporcionar información sobre la posición y movimiento de objetos en la Tierra, como los sistemas GPS.
– Satélites militares: utilizados con fines militares, como vigilancia y comunicación.
– Satélites de investigación: se utilizan para realizar experimentos científicos en el espacio, como la observación de física y astronomía.
3) Según su tamaño y forma:
Los satélites también se pueden clasificar según su tamaño y forma. Algunos de los tipos de satélites más comunes son:
– Satélites pequeños: también conocidos como cubesats, tienen un tamaño que ronda los 10 cm x 10 cm x 10 cm y se utilizan para misiones de bajo coste y experimentos científicos.
– Grandes satélites: tienen un tamaño de varios metros y se utilizan para misiones de gran complejidad, como la observación de la Tierra y la investigación científica.
– Satélites esféricos: tienen forma de esfera y se utilizan para misiones de baja complejidad, como comunicaciones y observación de la Tierra.
– Satélites con forma de panal: tienen forma hexagonal y se utilizan para misiones de gran complejidad, como la observación de la Tierra y la investigación científica.
En definitiva, los satélites se pueden clasificar de diferentes formas, en función de sus características y finalidades. La clasificación más común se basa en su órbita, función y tamaño/forma.